El país verde no es un lugar de paso. Hay que proponerse viajar hasta él y he tardado demasiado en empaparme en su lluvia, disfrutar de su meteorología y pasarlo mal por sus carreteras estrechas.

Dublín, como otras capitales europeas, apenas tiene nada que ver con el resto del país. Berlín, París, Roma o Londres. Se ha convertido en una isla multicultural que acumula lo mejor: jardines, museos, esculturas, edificios, historia y lo peor, poder ver la degradación humana en sus aspectos más lamentables.

Salir de Dublín y pasear durante dos semanas, rodear la isla y conocer sin prisas pequeñas poblaciones, perderse por carreteras imposibles, visitar atestados lugares de interés turístico, castillos, lagos o contemplar, anonado, el espectáculo de la naturaleza más desatada convirtió la experiencia en un subidón de adrenalina para el alma.

Como la mayoría de las veces, disfrutar de la gente, de sus costumbres fue lo mejor. El pueblo Irish es amable con los recién llegados y nunca te sientes un extraño, un paria o simplemente alguien a quien se rechaza por su condición de extranjero.

  • Tipo de proyecto: Viajes
  • Cámara: Canon R6 Mark II
  • Objetivos: Canon 15-30; 24-240 y 100-500
  • Procesado: Photoshop
  • Año: 2023