Lo había estudiado. Algo lejano que jamás pensé que me tocaría vivir. En muy pocos meses navegue de la inconsciencia de pensar que los hechos estaban al otro lado del planeta a empezar a preocuparme. De dejar a ir a locales cerrados por miedo a pillar el virus a la prohibición total de salir de casa.

Las peores pesadillas que yo había leído relajado en las novelas de ciencia ficción, se hicieron realidad. Uno de los peores futuros descritos había llegado a nuestras casa, de puntillas, casi sin avisar y se había instalado en nuestra alcoba, como un vecino muy peligroso. Declaraciones de los jefes de estado de todo el mundo declarando el estado de excepción se sucedieron y de repente el mundo se vació. Las calles aparecieron desiertas, las carreteras vacías. Se podía volver a oír los trinos de los pájaros como cuando paseas por el campo o el bosque.

EL mundo se calmó. La humanidad s estreso.

Nunca pensé que podían cercenar nuestros derechos más básicos. Viajar o moverse. por donde a uno le apetece. De repente teníamos tiempo para pensar, leer, ver la tele o aburrirte mirando la pared.

Así que, como muchos otros colectivos, la FAF (Federación Andorrana de Fotografía), a la que pertenezco, inició a través del WhatsApp una manera de activar a sus miembros y simpatizantes en una actividad lúdica que fuera a la vez, creativa y que fomentara la comunicación entre todos los miembros del grupo.

Cada día había que presentar, de forma voluntaria, una fotografía hecha en casa, con lo que teníamos a mano. Así que tocó exprimirse las neuronas y buscar entre todo el inmenso amasijo de locuras almacenadas en casa cosas que pudieran ser objeto de nuestras creativas mentes.

Y este es el resultado. Claro, no están todas, pero son una buena representación de lo se te viene en mente (y de las cosas que uno acumula sin darle mucha importancia). Muchas de las fotos tienen su historia y se merecen su propio relato. Por como fueron concebidas, por como fueron realizadas o procesadas.

Fue un objetivo cumplido. Llenar horas y horas de inactividad en casa con una intensa, placentera y creativa tarea que, además, proporcionó, y sigue proporcionando cuando las visualizo, un enorme placer.

Solo les puedo decir que ahora, cada vez que salgo de casa, aunque solo sea a tirar la basura, valoro la libertad y disfruto de la sensación de no tener miedo. Esa sensación no tiene precio. Siento una enorme felicidad.

  • Tipo de proyecto: Reto pandemia
  • Cámara: Canon 5D Mark II
  • Objetivos: 17-40 y Macro 100
  • Procesado: Photoshop
  • Año: 2020